Reinvención de la educomunicación

Desde finales del siglo XX, la incorporación al mundo de la educación de tecnologías digitales hace surgir modelos eficientistas, se busca la máxima eficiencia, sustituyendo al modelo crítico-reflexivo, estandarizando la información y poniendo en peligro la razón y la imaginación.

Como dice Roszack, es necesario distinguir entre lo que hacen las máquinas cuando procesan información y lo que hace la mente humana cuando piensa. En estos momentos la línea que separa ambos procesos se está haciendo borrosa, lo que puede conducir a que la razón y la imaginación queden limitadas a una simple imitación mecánica de grado inferior.
Ante estas circunstancias surge la necesidad de redefinir las competencias de los educomunicadores, la actualidad requiere unos nuevos planteamientos de educación en relación con la comunicación. Es necesario volver a aprender a aprender, mantener el espíritu crítico y reflexivo frente a los medios para poder utilizarlos sin dejar que nos alienen, que trasformen nuestra conciencia.

La forma de conseguir estas competencias pasa sin duda por la alfabetización digital, que debe ir mucho mas allá de aprender a utilizar los medios de forma mecánica. La alfabetización digital debe implicar un acto de comprensión-acción, hay que comprender la realidad de los medios y actuar mediante estrategias que nos permitan no perdernos en la sobreabundancia de datos, ser capaces de utilizar toda la información con coherencia.